miércoles, 29 de febrero de 2012

Para pensar. Telecaribe no debe ser Telebarranquilla

Publicado el 29 Febrero 2012. ElUniversal.com.co Editorial.


Ayer se reunieron los gobernadores del Caribe colombiano en Baranquilla para definir el rumbo inmediato de Telecaribe, el canal regional de televisión. Si algún proyecto debería unir a la región sería este, escenario para expresar los intereses legítimos de cada departamento.

Pero en Telecaribe ocurre lo contrario: es dominado en todos los aspectos por los intereses de Barranquilla y del Atlántico, costándole mucho trabajo a las demás regiones tener un papel equitativo en el tiempo al aire del canal. Para muchos, este no es Telecaribe, sino Telebarranquilla, o Telequilla.

Telecaribe es el espejo de lo que el grueso de la región teme que le sucedería con la autonomía, según los postulados de la Constitución del 91, y la creencia de los barranquilleros de que son la capital “natural” del Caribe colombiano. Solo con esa pretensión centralista matan cualquier respaldo del resto del litoral a la autonomía regional.

Lo propio pasa con Cartagena con respecto a las demás ciudades de Bolívar, que la ven como una metrópolis en el sentido marcusiano, dominante y excluyente. Todos conocemos los aires separatistas del sur de Bolívar, aunque los apetitos por la burocracia y las regalías hagan parte importante de este movimiento. Lo mismo se puede decir de la mayoría de las capitales del Caribe con respecto a sus propios “hinterlands”, o áreas de influencia. Impera el centralismo y la insatisfacción de las regiones económica y geográficamente subordinadas con la poca atención efectiva recibida de su metrópolis.

Si la región no trasciende la trama de pequeños y grandes intereses particulares legítimos -para no hablar de los muchos y poderosos ilegítimos- de cada centro de poder regional, nunca dejará de estar fragmentada y a merced de las demás regiones y departamentos que sí se ponen de acuerdo en lo fundamental, como por ejemplo, Antioquia y el resto del triángulo de oro. Compiten, pero se unen alrededor de sus intereses estratégicos, como las dobles calzadas y túneles para llegar a Turbo con la carga que hoy sale por el resto del Caribe colombiano: Santa Marta, Barranquilla y Cartagena.

El Caribe no paisa tiene en Telecaribe el laboratorio perfecto para fraguar una unión prágmatica que le sirva de modelo a otros desarrollos regionales con el propósito de promover el progreso común, pero los motivos por los que no lo ha logrado son los mismos por los cuales no podrá haber descentralización ni autonomía regional efectivas: la inequidad y los intereses particulares de los más fuertes están por encima de todo. Aquí la mano invisible de Adam Smith deja de serlo para convertirse en una garra grosera y nada sutil.

La reunión de ayer estaba matizada precisamente por las quejas de centralismo barranquillero que han manifestado los gobernadores de Sucre, Córdoba y Guajira.

El manejo de Telecaribe tiene otro componente clave y son los 16 mil millones de pesos que maneja anualmente el canal, una cifra que permite incluir a todos los departamentos en la programación.

Mientras Telecaribe no tenga un esquema de financiación que le permita a todas las regiones participar de verdad, seguirá siendo Telequilla y la región seguirá fragmentada.

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